domingo, 3 de enero de 2016

DESCRIPCIÓN DEL BIOMA DE TUNDRA

Es el más frío de todos los biomas, cuyo nombre proviene del término finlandés tunturi, que significa llanura sin árboles, está ubicado en su mayor extensión alrededor de la parte superior del hemisferio Norte, aunque también en lo alto de las montañas, identificándose como tundra ártica o polar la primera y como tundra alpina la segunda. Por lo tanto cubre una quinta parte de todo el terreno en la Tierra.

La tundra ártica presenta unas condiciones únicas producto de tres fuerzas que interactúan: el permafrost, la vegetación y la transferencia de calor. La vegetación y su materia orgánica acumulada protegen al permafrost mediante la sombra y el aislamiento, lo cual reduce el calentamiento y retarda el deshielo del suelo en el verano. A su vez, el permafrost enfría el suelo, retardando el crecimiento general de partes vegetales, tanto encima como debajo del suelo, limitando la actividad de los microorganismos del suelo y disminuyendo la aireación y el contenido de nutrientes del suelo. La congelación y el deshielo alternos de la capa superior del suelo crea las formas terrestres únicas y con patrones simétricos que son típicas de la tundra manejando así temperaturas lo más estables posibles.

La tundra alpina se ubica en latitudes más bajas, teniendo lugar en las montañas más altas del mundo. La tundra alpina es un terreno de laderas llenas de rocas, pantanos, praderas y matorrales arbustivos. El ambiente es riguroso, que cuenta con vientos fuertes, nieve, frío y temperaturas con fluctuaciones amplias. Durante el verano, la temperatura en la superficie del suelo varía entre 40 °C y 0 °C. La atmósfera es delgada por lo cual la intensidad de la luz, en especial la ultravioleta, es elevada en días despejados. Las tundras alpinas tienen poco permafrost, que se encuentra confinado principalmente en las altitudes, por lo cual los suelos son más secos. Sólo en las praderas alpinas húmedas y en los pantanos las condiciones de humedad del suelo son comparables a las del ártico. La precipitación, en especial las nevadas y la humedad, es más alta en las regiones alpinas que en la tundra ártica, pero la topografía escarpada induce a un escurrimiento rápido del agua.

La tundra es el bioma más frío y seco de los biomas en la Tierra. En resultado, los dos factores abióticos principales que describen este  bioma son el clima y el suelo. El clima se basa en la temperatura, que es de tipo polar, frío todo el año con nevadas intensas y un corto período de verano con temperaturas de 0° a 10° durante el mes más caliente en el ártico, cuando se favorece el rápido crecimiento de las plantas. Mientras que en la alpina las precipitaciones son más intensas así como la velocidad de los vientos, aunque la mayoría de las veces son escasas a menudo por debajo de los 200 mm, de forma que la tundra es relativamente seca y casi no retiene el vapor de agua.
El suelo y subsuelo de la tundra conocido como permafrost se encuentran congelados, excepto durante el verano cuando se deshielan. Esta característica ocasiona la formación de grandes lagunas, charcos y pantanos que además propicia la existencia de vegetación escasa.

Dentro de los factores bióticos se hace referencia a la biodiversidad representada por la flora y la fauna del lugar, misma que se encuentra suficientemente limitada por lo poco diversificado del ecosistema. Estructuralmente, la vegetación de la tundra es simple. La cantidad de especies tiende a ser baja y de crecimiento lento. Sólo pueden sobrevivir aquellas especies capaces de soportar la perturbación constante del suelo, el embate del viento y la abrasión de las partículas de tierra y hielo que transporta el viento. En la tundra ártica las plantas son fotosintéticamente activas unos 3 meses al año. A medida que la cubierta de nieve desaparece, las plantas comienzan la actividad fotosintética. Gran parte de la fotosíntesis se dirige a la producción de nuevo crecimiento, pero cerca de 1 mes antes de la finalización de la estación de crecimiento, las plantas dejan de asignar los productos de la fotosíntesis a la biomasa aérea.

La tundra alberga vida animal fascinante a pesar de que la diversidad de especies es baja. Los invertebrados se concentran cerca de la superficie, donde existen poblaciones abundantes de gusanos blancos segmentados, colémbolos, y moscas, principalmente craneflies. El verano en la tundra ártica trae una multitud de moscas negras, tábanos  y mosquitos. Los vertebrados predominantes en la tundra ártica son herbívoros, inclusive el lemming, la liebre ártica, los renos que son ramoneadores extensivos y el buey almizclero, que es un ramoneador más intensivo. El principal carnívoro ártico es el lobo, que caza bueyes almizcleros, renos y lemmings cuando estos son abundantes. Entre los depredadores de tamaño mediano a pequeño se encuentran el zorro ártico que caza liebres árticas y varias especies de comadreja, que cazan lemmings. Los búhos nivales y los págalos también se alimentan de lemmings. Los correlimos, chorlitos, escribanos y las aves acuáticas, que anidan en la amplia extensión de charcas y suelo pantanoso, se alimentan de una gran cantidad de insectos.





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