Es
el más frío de todos los biomas, cuyo nombre proviene del término finlandés tunturi, que significa llanura sin árboles,
está ubicado en su mayor extensión alrededor de la parte superior del hemisferio
Norte, aunque también en lo alto de las montañas, identificándose como tundra ártica
o polar la primera y como tundra alpina la segunda. Por lo tanto cubre una
quinta parte de todo el terreno en la Tierra.
La
tundra ártica presenta unas condiciones únicas producto de tres fuerzas que interactúan:
el permafrost, la vegetación y la transferencia de calor. La vegetación y su
materia orgánica acumulada protegen al permafrost mediante la sombra y el
aislamiento, lo cual reduce el calentamiento y retarda el deshielo del suelo en
el verano. A su vez, el permafrost enfría el suelo, retardando el crecimiento general
de partes vegetales, tanto encima como debajo del suelo, limitando la actividad
de los microorganismos del suelo y disminuyendo la aireación y el contenido de
nutrientes del suelo. La congelación y el deshielo alternos de la capa superior
del suelo crea las formas terrestres únicas y con patrones simétricos que son
típicas de la tundra manejando así temperaturas lo más estables posibles.
La
tundra alpina se ubica en latitudes más bajas, teniendo lugar en las montañas
más altas del mundo. La tundra alpina es un terreno de laderas llenas de rocas,
pantanos, praderas y matorrales arbustivos. El ambiente es riguroso, que cuenta
con vientos fuertes, nieve, frío y temperaturas con fluctuaciones amplias. Durante
el verano, la temperatura en la superficie del suelo varía entre 40 °C y 0 °C.
La atmósfera es delgada por lo cual la intensidad de la luz, en especial la
ultravioleta, es elevada en días despejados. Las tundras alpinas tienen poco
permafrost, que se encuentra confinado principalmente en las altitudes, por lo
cual los suelos son más secos. Sólo en las praderas alpinas húmedas y en los
pantanos las condiciones de humedad del suelo son comparables a las del ártico.
La precipitación, en especial las nevadas y la humedad, es más alta en las
regiones alpinas que en la tundra ártica, pero la topografía escarpada induce a
un escurrimiento rápido del agua.
La
tundra es el bioma más frío y seco de los biomas en la Tierra. En resultado, los
dos factores abióticos principales que describen este bioma son el clima y el suelo. El clima se
basa en la temperatura, que es de tipo polar, frío todo el año con nevadas intensas
y un corto período de verano con temperaturas de 0° a 10° durante el mes más caliente
en el ártico, cuando se favorece el rápido crecimiento de las plantas. Mientras
que en la alpina las precipitaciones son más intensas así como la velocidad de
los vientos, aunque la mayoría de las veces son escasas a menudo por debajo de
los 200 mm, de forma que la tundra es relativamente seca y casi no retiene el
vapor de agua.
El
suelo y subsuelo de la tundra conocido como permafrost se encuentran
congelados, excepto durante el verano cuando se deshielan. Esta característica
ocasiona la formación de grandes lagunas, charcos y pantanos que además propicia
la existencia de vegetación escasa.
Dentro
de los factores bióticos se hace referencia a la biodiversidad representada por
la flora y la fauna del lugar, misma que se encuentra suficientemente limitada
por lo poco diversificado del ecosistema. Estructuralmente, la vegetación de la
tundra es simple. La cantidad de especies tiende a ser baja y de crecimiento lento.
Sólo pueden sobrevivir aquellas especies capaces de soportar la perturbación
constante del suelo, el embate del viento y la abrasión de las partículas de
tierra y hielo que transporta el viento. En la tundra ártica las plantas son
fotosintéticamente activas unos 3 meses al año. A medida que la cubierta de nieve
desaparece, las plantas comienzan la actividad fotosintética. Gran parte de la
fotosíntesis se dirige a la producción de nuevo crecimiento, pero cerca de 1
mes antes de la finalización de la estación de crecimiento, las plantas dejan
de asignar los productos de la fotosíntesis a la biomasa aérea.
La tundra alberga vida animal fascinante a pesar
de que la diversidad de especies es baja. Los invertebrados se concentran cerca
de la superficie, donde existen poblaciones abundantes de gusanos blancos
segmentados, colémbolos, y moscas, principalmente craneflies. El verano en la
tundra ártica trae una multitud de moscas negras, tábanos y mosquitos. Los vertebrados predominantes en
la tundra ártica son herbívoros, inclusive el lemming, la liebre ártica, los
renos que son ramoneadores extensivos y el buey almizclero, que es un ramoneador
más intensivo. El principal carnívoro ártico es el lobo, que caza bueyes almizcleros,
renos y lemmings cuando estos son abundantes. Entre los depredadores de tamaño
mediano a pequeño se encuentran el zorro ártico que caza liebres árticas y
varias especies de comadreja, que cazan lemmings. Los búhos nivales y los págalos
también se alimentan de lemmings. Los correlimos, chorlitos, escribanos y las
aves acuáticas, que anidan en la amplia extensión de charcas y suelo pantanoso,
se alimentan de una gran cantidad de insectos.